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Revisión realizada por Alvirage

Basado en uno de los mangas del gran maestro Osamu Tesuza, Blood Will Tell se nos presenta como un juego de acción, sin muchas pretensiones, con un control sencillo, una curva de dificultad creciente y moderada y queriendo darnos unas cuantas horas de diversión y por supuesto, matar a todo demonio que se nos ponga por medio.


ARGUMENTO

Nos encontramos en un lejano Japón, en una lejana era de samurais y demonios. Jyukai, un médico de la zona encuentra, envuelto en una manta, a un bebé que no tiene brazos, piernas, dientes, lengua, ojos... Simplemente un cuerpo y una boca. Gracias al sentimiento que despertó en él, el médico se lo lleva y comienza a criarlo hasta que un día, descubre que el bebé puede comunicarse con él telepáticamente. De esta forma, decide hacerle su cuerpo completamente para que pueda vivir al menos, como un niño normal. Pero a partir de ese momento, monstruos empiezan a acudir al hogar de ambos y descubren que 48 monstruos se llevaron las partes del niño y él decide que tiene que ir a matarlos y recuperar su cuerpo normal. Jyukai le ayuda y le construye espadas dentro de los brazos, un cañón... cualquier cosa para hacer que la misión de Hyukkimaru sea más fácil.
Y de esa forma, un samurai hecho completamente por el hombre, empieza su particular guerra contra los monstruos y acompañado por el joven ladrón Dororo, para recuperar su cuerpo y liberar al mundo de los demonios.

Bajo esta, a simples rasgos, básica línea argumental, se esconde algo más complejo, con giros de guión y unos personajes interesantes, que hace que BWT sea un juego que valga la pena sólo por su argumento.


JUGABILIDAD

Ante nosotros nos encontramos con un juego de acción... ¿y esto qué quiere decir exactamente? Manejo fácil y sin demasiadas complicaciones. En la mayor parte del juego manejaremos a Hyakkimaru mientras Dororo nos acompaña, y en algunas pocas pantallas manejaremos al pequeño ladrón. Los controles del personaje son casi los mismos. Lo que ambos comparten son la X para saltar, el cuadrado y triángulo para atacar, el L1 para fijar la cámara y el L3 para hacer un sprint. En el caso de Hyakki, el botón R1 sirve para disparar la ametralladora que tenemos en el codo, con el R2 utilizamos el cañón de la rodilla y el con el L2 podremos cambiar el arma, una katana o los dos brazos-espada. En el caso de Dororo, el botón R1 y R2 es para lanzar armas que encontremos en sus fases y ya.
Básicamente, el juego consiste en destruir a los 48 monstruos, algunos de ellos muy bien ocultados, pero el hilo argumental creado por Tezuka está tan bien estructurado, que la evolución de la historia hace que todo lo que nos encontremos tenga sentido y no esté por casualidad.
La curva de dificultad es moderada y bien hecha. Nos encontramos al principio con monstruos muy sencillos, que casi no nos atacaran y no nos pondrán en grandes aprietos, pero a medida que vayamos avanzando, encontraremos monstruos a los que tendremos que descubrir su punto débil y que más de una vez harán que carguemos el juego.
Además, si conectamos un segundo mano, otro jugador podrá manejar a Dororo, aunque es cierto que es bastante incómodo controlarle.


SONIDO

Tenemos un repertorio de música tradicional japonesa bastante tranquila y que pega bastante con la ambientación del juego. En los momentos más importantes, léase batallas contra los monstruos, la música tranquila se convertirá en una música más “nerviosa”.
Las voces no están del todo mal, aunque se hubiera agradecido que incluyeran las voces originales. Como detalle extra, cuando jugué el principio pensaba que el doblaje era horrible ya que se oía a Hyakki como enlatado, y bastante mal, y el primer monstruo le devolvió la voz y ya se volvía a oír normal.
Los efectos de sonido son correctos y tenemos de todo tipo, desde explosiones, balas, tajos, caídas, gritos...


GRÁFICOS

Quizá la parte que menos destaca. Encontramos escenarios originales y diferentes entre sí, desde pueblos a mansiones, pasando por alcantarillas, fuertes... Pero por otro lado tenemos a unos diseños de enemigos excesivamente repetitivos, incluso en los diseños de los 48 monstruos, si bien es cierto que todos ellos son sacados del folklore japonés.
La cámara más de una vez nos puede llegar a molestar e incluso meternos en graves problemas con los enemigos, pero para eso tenemos el botón L1 y centrar la cámara... siempre que podamos. Y además, si entramos en un paraje excesivamente grande con enemigos, el juego se puede llegar a ralentizar brutalmente durante unos segundos, algo que le quita bastante.

Como conclusión, nos encontramos con un juego que puede llegar a durar 12 horas, entretenido, con un argumento interesante y una jugabilidad a prueba de bombas. Incluye selector de 60 hrz y se puede jugar a 2 jugadores.

Puntuación del Revisor: 8